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Memoria de una recámara vacía, la resiliencia del teatro independiente en México.

A la llegada del COVID-19 el 23 de marzo del 2020 comenzó en México la Jornada Nacional de Sana Distancia (JNSD), desde ese día en el territorio nacional se cerraron aproximadamente 717 teatros (subsidiados por el gobierno) y cientos de foros independientes (de los cuales no hay un registro en número). Desde esa fecha las consolas de iluminación y audio se apagaron, los artistas escénicos dejaron de estar presentes, los aplausos se silenciaron y muchos procesos creativos se pausaron.
Memoria de una recamara vacía está inspirada en el mito de Orfeo y Eurídice. La obra gira alrededor del personaje de Remedios (Arikel Geróm), quien pierde la memoria en el momento justo donde la persona que ella ama, Ramón (Leonardo Hernández) pierde la vida a manos de un homicida (Max Madrigal) y para no olvidar ese amor, emprende un viaje difícil y extraño para recobrar la tranquilidad de su corazón. Un cuento que de manera teatral y en un solo acto relata cómo los seres humanos buscan la felicidad a pesar de la distancia y el olvido. La obra es un viaje onírico a ese lugar oscuro de la mente y el corazón en dónde se encuentran las memorias de la infancia, el amor, la familia, la muerte y la vida.